Mi palabra favorita

¡Tonterías!

Porque desde siempre ha estado sola, separada del resto, y nadie lo entendía. En apariencia tan solo era una niña normal, como cualquier otra. Ordinaria quizá, pero no le gustaba que usaran esa palabra en ella.

Por lo general, la gente ve a alguien que siempre está muy solitario y piensa que es una persona dura que no depende de nadie para hacer lo que quiere hacer; pero no siempre es así. No ella, al menos.

Durante los seis años de primaria quizá lo fue, dura y un poco independiente al momento de preguntar e investigar cualquier cosa sobre si Fulano el maestro faltó y en qué parte de la dirección se tiene que saber si es a la secretaria Mengana a la que se le tiene que decir que Panchito hizo esto, aquello y lo otro y deberían de suspenderlo o castigarlo.

Sí, cuando eres niño no sientes miedo de equivocarte, de ser imprudente al hablar o de confundir el salón en el que tienes que estar para las clases. No mucho importa. Lo que menos te importa es escribir un cuento infantil donde una niña charla con una tortuga cantarina y una hurraca hace un baile hermoso mientras vuela. No, de verdad que no te interesa en nada el que piensen que estás insano.

—Es una niña apenas, no sabe nada —dicen todos mientras ven las tonterías que haces, y no te importa nada más en el mundo, porque simplemente y sin razón eres feliz. Y es que, "estudiamos" para saber más, o para ignorar menos (según Sor Juana Inés de la Cruz), pero nadie se da cuenta de que la razón de la felicidad de los niños es su ignorancia.

Extrañaba ignorar lo que todos piensen de ella, porque le han creado ese miedo constante a las burlas y ofensas que hacen todos cuando, simplemente, es ella misma.

Sí, es una loca que dice tonterías, solo ella logra entenderse la mayor parte del tiempo y tiene malhumor por tener que explicar siempre lo que trata de decir… pero así es ella.

Miedosa, una cobarde. En el exterior seria y tranquila, a veces. En el interior todo un mundo está creciendo y desarrollándose y ella se está perdiendo de la mejor fiesta de té que ha hecho el Sombrerero Loco por estar tratando de atender a la clase de matemáticas.

La hieren… a menudo. La persona que más la hiere es, para colmo, la persona que le da techo, ropa y comida y que, aunque peleen, la quiere demasiado. Nunca son golpes… quizá algunas veces algunos zapes, pero puños cerrados nunca… lo que más la hieren son las palabras.

No es su culpa el "no ser femenina", sólo no le interesa el maquillaje ni traer un buen peinado muy tedioso de hacer ni tampoco usar faldas y escotes o muchas otras cosas que las demás chicas de su edad usan y hacen. Coquetear con muchachos… ¡puaj! Aunque lo ha intentado, y le sale todo un desastre, por eso mejor se abstiene. Prefiere leer y leer y seguir leyendo sus libros de Harry Potter o Alicia en el país de las maravillas.

Y nadie lo entiende.

—¿Y tu hija, Rosy?

—Tiene computitis aguda. Se la pasa chateando en Internet o en Facebook o en su Twitter.

"No, mamá, no. No estoy chateando. Quizá tengo mis cuentas abiertas, lo admito, pero siempre paso desapercibida por todos. Estoy leyendo los libros que no puedo comprar porque no tengo el dinero, los tengo que descargar y conformarme con las traducciones que hacen algunas personas. Algunos hacen un buen trabajo, pero la mayoría hasta quitan las ganas de leer."

Y nadie lo sabe, mucho menos entienden. Algunas veces le da pena decir que lee, todos siempre la miran como si fuera un bicho raro cuando dice "Yo leí Harry Potter. Los siete libros enteritos". Lo dice con orgullo, como todo un logro, y todos la miran como si estuviera loca y mejor se queda callada. Si la creen rara sólo por haber leído siete libros, ¿qué pensarían si les dijera que ha leído tantos que hasta se olvida de los títulos?

Desde el primer año de secundaria trata de ser "normal", adaptarse y pasar desapercibida más por decisión propia que porque todos la ignoran. Pero ni eso le sale bien, siempre hace o dice algo que "simplemente es raro".

A veces recuerda que la primera vez que vio "Alicia en el país de las maravillas" no le gustó tanto, la molestaba el que alguien más ya se hubiera imaginado un mundo al revés, porque ella siempre ha sido egoísta, aunque lo negara o intentara no serlo. Al poco tiempo amó la película de tal manera que no podría ser explicado con palabras.

Le molesta cuando alguien "la quiere conocer" y nunca le pregunta lo más importante, la que posiblemente sea la clave para entenderla un poco más. Y como nunca nadie se ha tomado la molestia de preguntárselo, lo haré yo aquí y ahora.

—¿Cuál es tu palabra favorita, Fanny?

—¡Tonterías!

No, claro que ella no pensó que fuera una tontería la pregunta. Esa es la respuesta. Porque Stephanie Janeth Cortez Briseño ama las tonterías.

A pesar de todo, de tener una apariencia "normal" y de ser lo mejor que puede de "una chica ordinaria", a ella le gusta pensar que, dentro de ella, todavía es esa niña loca a la que no le importa la manera en que la ven ni lo que dicen de ella a sus espaldas.

Porque las mejores personas están locas, chifladas, y es algo que ella sabe muy bien. Igual que sabe que absolutamente todo es posible, sólo se necesita una pizca de imaginación, algo en que escribir y un amable roce de inspiración. Y eso lo ha aprendido leyendo sus amados libros, escritos por las personas más lunáticas del mundo.

"Porque si J. K. Rowling se inventó todo ese maravilloso mundo mágico, seguro debe de estar chiflada."

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